«La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado»
Artículo 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos
La familia constituye el primer núcleo social con el que toma contacto una persona desde su nacimiento. En los primeros años de vida, esta institución será de gran importancia para el crecimiento global del niño, su posterior ingreso en la escuela y su inserción en la sociedad, de modo que asienta las bases del desarrollo socioafectivo, personal, social, emotivos e intelectual del individuo.
La familia es una institución en constante cambio. El
modelo preindustrial era mucho más extensa y sus funciones eran muy
variadas: aseguraban la reproducción de la especie; conformaban una
unidad económica de subsistencia, tanto de producción como de consumo;
constituían una autoridad patriarcal; garantizaban la seguridad del
grupo; y organizaban la defensa y la supervivencia. Durante esta época
preindustrial, la familia era la encargada de diferentes tipos de
enseñanza. En primer lugar, enseñaba a los hijos cómo comportarse dentro
de la sociedad mediante la inculcación en valores; en segundo lugar,
realizaba la socialización primaria; en tercer lugar, ejercía una
considerable influencia sobre la personalidad de los hijos, en virtud de
las múltiples relaciones familiares (con el patriarca, con entre
hermanos y parientes, etc.); en cuarto lugar, realizaba una auténtica
función de enseñanza informativa, aprendizaje del oficio, en relación
con la división sexual del trabajo; y en quinto lugar, la familia se
ocupaba del desarrollo de la personalidad y de la afectividad del niño
(enseñanza informal), mientras que la escuela se ocupaba de la enseñanza
formal.
Frente
a este modelo de familia, en las familias industriales se están
produciendo una serie de cambios respecto al modelo tradicional de
familia: la familia extensa se reduce a dos generaciones; prima la
familia nuclear, formada por un subsistema conyugal y filial; la prole
es reduce a un número de hijo muy reducido; la familia dejó de ser
centro de imputación económica; los miembros del sistema familiar
trabajan de modo independiente con terceros; la función de seguridad y
protección son desempeñadas por instituciones especializadas (tribunales
de justifica, policía, etc.). Estos cambios se deben a la incorporación
de la mujer al mundo laboral, el distanciamiento del lugar de
trabajo/estudio/domicilio, la posibilidad de llevar a los hijos a la
escuela a edades muy tempranas, los nuevos tipos de familia
(monoparentales, divorciadas, separadas, reestructuradas, etc.), los
anticonceptivos y nuevos tipos de fecundación artificial, la finalidad
de la familia y sus funciones.
Esta complejidad hace que la familia se apoye en otra institución, la
escuela, para completar la labor de socialización y educación de la
prole. El doble efecto socializador y educativo repercute en los niños
en dos niveles complementarios: por un lado, la familia se ocupa de
desarrollar la personalidad y la afectividad del sujeto; y, por otro
lado, la escuela trabaja con el niño para impartir conocimiento y
desarrollar los roles. En la actualidad, los docentes enseñan a los
alumnos valores que la familia no tiene tiempo ni ganas de enseñar. ¿De
qué modo influye esto en los niños? Crea problemas y contradicciones en
su desarrollo. Así pues, tanto la familia como la escuela son dos
agentes socializadores que deben trabajar en conjunto.
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