Podemos
diferenciar cuatro estilos educativos parentales: los padres
democráticos, los autoritarios, los permisivos y los indiferentes. Cada
uno de estos estilos posee unas características propias, derivadas de la
actitud de los padres hacia sus hijos, y tiene consecuencias directas
en la personalidad de sus hijos, especialmente durante la
adolescencias.
* Los padres democráticos son
aquellos que presentan una actitud dialogante y establecen normas
coherentes pero no rígidas. El estilo educativo de los padres
democráticos se caracteriza por un alto grado de afectividad y
comunicación, firmeza y exigencia.
* Los padres autoritarios son
aquellos que imponen normas a sus hijos sin mediar explicaciones
(«porque yo te lo digo»). El incumplimiento de estas normas suele ir
acompañado de amenazas y/o castigos. El estilo educativo de los padres
autoritarios se caracteriza por un alto nivel de control y una baja
expresión de la comunicación y la afectividad hacia sus hijos.
* Los padres permisivos son
aquellos que se pliegan a las exigencias y deseos de sus hijos. Su
estilo educativo se caracteriza por presentar niveles muy elevados de
afecto y comunicación, pero una ausencia casi total de exigencias.
* Los padres indiferentes
son aquellos padres fríos y distantes, con una escasa implicación en la
educación de sus hijos («él aprenderá con el tiempo», «ya lo hará el
profesor»). Su estilo educativo se caracteriza por un nivel de afecto y
comunicación muy bajo y por la ausencia de normas.
Las consecuencias de cada uno de estos estilo educativos sobre los hijos quedan reflejadas en el siguiente diagrama:
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