En el marco de la polémica huelga organizada por la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa) para protestar contra la excesiva carga de deberes de los alumnos española, el 20 de noviembre Jordi Évole dedicó una de las entregas de su programa Salvados, subtitulado «De hijos a padres», a analizar este y otros aspectos relacionados con la sociedad, la familia y la educación.
El programa, que reunió a los distintos agentes que intervienen en el proceso educativo (madres, padres, equipo docente, alumnos, psicólogos, etc.), cedió la palabra a los propios alumnos del IES , quienes, dirigidos por el director y profesor de Filosofía Gabriel Fernández, reflexionaron sobre lo que supone para ellos ser adolescentes en el siglo XXI. Entre los temas abordados por los alumnos, destacaron la polémica de los deberes, la necesidad de disfrutar del tiempo libre, la obsesión de los padres por que sus hijos fueron los mejores preparados y la preocupación de los jóvenes por el futuro incierto, entre otros temas.
En cuanto a los deberes, todos los alumnos coincidieron en que la cantidad de tareas que deben realizar en casa a lo largo de la semana les impedía tener tiempo libre para descansar o realizar otras actividades voluntarias, como practicar deporte o actividades artísticas. Además, los jóvenes señalaron que, por su propia experiencia, la cantidad ingente de deberes en realidad no cumple el propósito de afianzar los conocimientos.
Lo cierto es que, según la OCDE, España es uno de los países que más deberes manda a sus alumnos, quienes han de invertir una media de 6'5 horas semanales, mientras que el resto de Europa invierte una media de 4'9 horas. Para enriquecer el debate, Salvados reunió a tres madres y dos profesores (no es el momento de analizar el sexismo de esta elección, pero no debe pasar inadvertida la ausencia de padres y profesoras), que aportaron sus propios puntos de vista. Las madres, junto con uno de los profesores, coincidían en la necesidad de que sus hijos adquirieran hábitos de estudio y reforzaran los conocimientos trabajos en clase. Frente a esta opinión, profesor de Filosofía, y director del centro, llamaba la atención sobre la importancia de reducir la carga de deberes (o, directamente, eliminarlos) para fomentar una enseñanza significativa, y no cuantitativa.
Asimismo, Évole preguntaba a las madres si padres y madres no estaban llegando a obsesionarse por la crianza de sus hijos y por que estos fueran los más preparados, aun cuando los hijos se muestran reacios a inscribirse en determinadas actividades de refuerzo (repaso, idiomas extranjeros...) que les hacen acabar exhaustos. Las madres señalaban que, si bien ellas no obligaban a sus hijos a realizar ninguna actividad, sí consideraban imprescindible que sus hijos fueran a refuerzo de inglés para abrirse más puertas en el futuro. La pregunta era trasladada a los propios alumnos, quienes apuntaban que, aunque debido a dichas actividades su rutina llegaba a ser asfixiante, entendían que sus padres tan solo velaban por su propio bien. Unos pocos alumnos reconocían que estaban saturados por estas obligaciones y preferían pasar más tiempo en familia.
El programa entrevistó, además, al psicólogo Jaime Funes. El psicólogo reflexionaba sobre el impacto que tiene en los hijos la frustración y el cansancio de sus padres, quienes, para suplir la falta de ganas por comprender los cambios y las crisis exitencias propios de la adolescencia, tratan de proteger a sus hijos de cualquier mala influencia exterior y de reforzar sus habilidades académicas. Ante esta situación, Funes afirmaba que el adolescente de hoy en día «es un explorador reprimido: es alguien que quiere descubrir el mundo, pero tiene a adultos acojonados que le van diciendo "no, por aquí", "haz esto o lo de más allá"». En relación con esta afirmación de Funes, me viene a la mente la siguiente carta de un profesor que en los últimos meses se ha hecho viral en las redes sociales, y que ya plasmé en este blog:
Estimados Padres:
El semestre de sus hijos está próximo a terminar y las notas finales serán reveladas pronto. Sé que están ansiosos por saber su desempeño, pero recuerden que entre todos nuestros estudiantes hay algunos artistas que no necesitarán comprender mucha Matemática, empresarios que no se preocuparán mucho de la Historia o Filosofía, músicos cuyas calificaciones en Química tal vez no serán las mejores, deportistas cuyas aptitudes físicas serán muy importantes en su disciplina. Si su hijo no consigue las mejores notas no le quite la confianza en sí mismo ni su dignidad. Dígale que está bien, que sólo son notas, que aun así están hechos para cosas grandes en la vida, no les quiten sus sueños y talentos; hagan esto y vean a sus hijos conquistar el mundo.
Además, los profesores reflexioban sobre la intromisión de los padres en el proceso educativo. De acuerdo con los profesores entrevistados, en los últimos años los padres han perdido el respeto por la labor docente, ya que se entrometen en la forma de llevar a cabo las clases, cuestionan muchas de las decisiones tomadas por ellos y sobreprotegen a sus hijos.
Aunque el programa no abordó los problemas del sistema educativo español en toda se complejidad y variedad, lo cierto es que tuvo el mérito de visibilizar en hora de máxima audiencia un tema raramente abordado por los medios, pero que a pesar de ello tiene un gran impacto sobre la sociedad. Al escuchar a madres, profesores y alumnos hablar, podemos sacar varias conclusiones: los alumnos llevan una rutina frustrante, marcada por la competitividad social, que, en muchas ocasiones, les impide disfrutar de su juventud; los docentes necesitan que su profesión sea más y mejor valorada por la sociedad, en general, y por los padres, en concreto; los padres exigen que los profesores comprendan que sus hijos están exhaustos; y, en definitiva, que solo mediante la acción conjunta de madres y padres, profesores y alumnos el sistema educativo puede mejorar y tener éxito.
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